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Cómo empezar yoga en casa si eres rígido y te da pereza

Cómo empezar yoga en casa si eres rígido y te da pereza

Iniciar una práctica de yoga cuando tu cuerpo se siente duro como una tabla y tu sofá te susurra constantemente “quédate aquí” puede parecer misión imposible. Sin embargo, con la motivación adecuada y un plan sencillo, pronto descubrirás que estirar el cuerpo también estira la mente, te brinda energía y mejora tu bienestar general. A continuación encontrarás consejos, posturas y recursos que te harán el camino mucho más amable—sin sonar demasiado solemne.

¿Por qué es tan difícil dar el primer paso?

La rigidez física normalmente viene de falta de práctica y de pasar muchas horas sentado. A su vez, esa misma falta de movilidad genera cierta inseguridad: “¿Y si me lesiono?” “¿Seré el más torpe en la clase?” Para colmo, la pereza cumple su papel hostigando: “Mañana empiezo”, “Hoy no tengo tiempo”… hasta que pasan semanas, meses o años.

“Yoga chitta vritti nirodhah”—Patanjali

Este aforismo significa “El yoga es el cese de las fluctuaciones de la mente”. Si aún no te convence la razón física, reflexiona sobre cómo una mente calmada mejora tu productividad y tu estado de ánimo.

Preparación del espacio y mentalidad

No necesitas un gran cuarto dedicado solo al yoga. Basta un rincón tranquilo, una esterilla (o toalla) y ropa cómoda. Sigue estos pasos:

  • Elige un horario fijo. Mañana, tarde o noche: decide con qué frecuencia y cúmplelo.
  • Asegúrate de no tener distracciones: silencia el móvil o pon modo “no molestar”.
  • Coloca alguna luz suave o una vela. Ayuda a crear un ambiente relajado.
  • Mentalízate: di en voz alta o piensa “hoy dedico 15 minutos a conectarme conmigo mismo”.

Establecer un compromiso real, por pequeño que sea, es clave para no dejar la práctica a medio camino.

Posturas básicas ideales para principiantes rígidos

Para comenzar, elige posturas que movilicen articulaciones grandes y, a la vez, sean seguras. Aquí tienes cinco asanas sencillas:

  • Postura del niño (Balasana): arrodíllate, baja el tronco hacia las rodillas y estira los brazos al frente. Es un descanso que alarga la espalda.
  • Gato-vaca (Marjariasana/Bitilasana): alterna arquear y redondear la columna. Calienta la zona lumbar y cervical.
  • Perro boca abajo (Adho Mukha Svanasana): con palmas y pies en el suelo, eleva las caderas. Aumenta la flexibilidad de isquiotibiales y hombros.
  • Postura de la montaña (Tadasana): de pie, alineado, concentrándote en distribuir el peso. Mejora la postura y te conecta con tu centro.
  • Postura de la paloma modificada (Eka Pada Rajakapotasana modificada): desde cuatro apoyos, lleva una rodilla al antebrazo y estira la otra pierna atrás. Abre caderas con cuidado.

Realiza cada asana durante 30–45 segundos, respirando profundamente y sin forzar. Recuerda que, al principio, sentir el estiramiento está bien, pero jamás dolor agudo.

Rutina de 15 minutos para principiantes

Si 15 minutos te parecen mucho, separa el tiempo en bloques de 5 minutos y repítelos. Aquí un ejemplo de mini-secuencia:

Minutos 1–3 Respiración consciente y estiramiento suave de cuello y hombros
Minutos 4–7 Gato-vaca x 10 ciclos y Perro boca abajo x 5 respiraciones
Minutos 8–11 Postura del niño Tadasana (alternando 2 minutos cada una)
Minutos 12–14 Paloma modificada en ambos lados, sosteniendo 45 segundos
Minutos 15 Relajación final tumbado (Savasana), enfocándote en la respiración

Si necesitas guía visual, prueba el canal de YouTube Yoga with Adriene (enlace) o las clases de Yoga International (yogainternational.com).

Consejos para mantener la motivación

Una vez que te acostumbraste a la rutina básica, el reto es no abandonarla. Estos trucos pueden ayudar:

  • Celebra cada logro: ¿hiciste 5 días seguidos? Regálate una sesión de mimos o una bebida especial.
  • Apúntalo en un diario: anota los días que practicaste y cómo te sentiste.
  • Varía tu práctica: usa la app Down Dog o explora rutinas en Yoga Journal para no aburrirte.
  • Encuentra un compañero de práctica virtual: un amigo que haga yoga contigo vía videollamada impulsa a seguir.

“El viaje de mil millas comienza con un solo paso”—Lao Tse

Aplicado al yoga, el consejo es universal: una pequeña acción diaria conduce a grandes transformaciones.

Reflexión final

Si bien la rigidez y la pereza pueden parecer enemigos invencibles, el yoga no exige flexibilidad instantánea ni horas interminables. Con menos de 20 minutos al día, un espacio propio y la actitud correcta, verás cómo tu cuerpo se vuelve más ágil, tu mente más clara y tu ánimo más apacible. Recuerda que no compites con nadie: cada práctica es un pequeño regalo que te haces para cuidarte.

Así que… ¿por qué no desenrollas tu esterilla ahora mismo?

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