Las plantas necesitan de cuidados específicos para su supervivencia y correcto crecimiento. Un suelo con los nutrientes adecuados, la cantidad necesaria de agua y luz, son solo algunos de los aspectos que contribuyen a que las plantas estén sanas; para complementar estos factores tenemos el abono para plantas, en este artículo conocerás los tipos más importantes y compartiremos contigo unas recetas muy sencillas para que lo puedas elaborar en casa.
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Abono para plantas
Al igual que cualquier ser vivo, las plantas necesitan algunos nutrientes para crecer, además del riego y la luz solar, esto las hará crecer sanas y florecer. Una razón muy convincente, no solo para saber qué fertilizante es adecuado para las plantas, sino que lo más importante es que entendamos las razones por las cuales, debemos enriquecer nuestras plantas y que esto, se convierta en una tarea a cumplir de forma rigurosa.
Aunque pensemos que el agua es suficiente, es importante tener en cuenta que, las plantas necesitan un poco de ayuda en ciertas épocas del año. Básicamente, nos referimos a meses de crecimiento (especialmente primavera y verano), y también el otoño, temporada en la que las plantas deben prepararse para el frío, almacenando una cantidad importante de nutrientes que las ayude a soportar los meses más fríos.
En los nutrientes está la clave para seleccionar el abono ideal para una planta. Ya que, aunque parezca diferente, no todas las plantas tienen los mismos requerimientos, es por esto que no podemos generalizar y utilizar el mismo abono para todas las plantas. Conoce aquí todos los tipos de plantas.
Según la Organización para la Alimentación y la Agricultura, los países que utilizan más abono para plantas son: Estados Unidos, India, China y Brasil; siendo el gigante asiático el que cuenta con un mayor consumo con respecto a los demás.
NPK como elemento clave
Con NPK nos referimos a 3 elementos fundamentales para que nuestras plantas cuenten con todos los nutrientes que necesitan, nos referimos a: Nitrógeno, Fósforo y Potasio. La forma de saber si estos elementos se encuentran en la fórmula de un abono, será leyendo las siglas NPK en la etiqueta del empaque. Además, podremos observar a qué nivel de concentración viene cada elemento, ya que las plantas tienen distintas necesidades.
Esto se debe a que cada uno de estos componentes químicos produce un efecto diferente y si elegimos la concentración incorrecta podremos crear el efecto contrario, es decir, en vez de ayudar a la correcta nutrición de la planta, la estaremos perjudicando.
El Nitrógeno (N) ayuda al crecimiento de los frutos y las hojas de las plantas, el fósforo (P) es el encargado del óptimo desarrollo y correcto funcionamiento de las raíces, por último tenemos al potasio (K) ayuda a la multiplicación de las células y la correcta formación de los tejidos de las plantas.
La composición química de los fertilizantes, puede incluso ayudarnos a equilibrar la deficiencia o el exceso de ciertos ingredientes que tenga el agua con la que regamos las plantas.
Por lo tanto, gracias a estos, podremos nutrir adecuadamente cualquier planta; por ejemplo, las plantas acidófilas (necesitan tierra ácida y agua con bajo contenido de cal) o proporcionar los nutrientes necesarios para la floración de las orquídeas (dado su origen tropical, a menudo no cuentan con las condiciones ideales que encuentran en la naturaleza).
En la actualidad, la gama de abonos para plantas es muy extensa; además contamos con diversas especificaciones que nos permitirán seleccionar el abono adecuado para las plantas que tengamos en casa. Es recomendable leer las etiquetas o prospectos de estos abonos, ya que proporcionan información detallada sobre las formas de aplicación y los tipos de plantas a los que nutren con mayor eficiencia.
Diferencias entre abonos líquidos y abonos sólidos
Además de seleccionar el producto más apropiado, también debemos decidir cómo aplicarlo a las plantas. Esta es una selección algo complicada, debido a que hay dos versiones de fertilizantes para plantas: los de naturaleza sólida (granular, en escamas o en forma de palo, los clavamos al sustrato) o líquidos.
Es de suma importancia comprender las diferentes contribuciones de cada abono según su formato de presentación. Lógicamente hablando, dado que las plantas absorben nutrientes a través de las raíces y siempre dependen del agua, los fertilizantes líquidos tendrán un impacto más directo en su contribución.
Los abonos inorgánicos se pueden dividir en: simples, que son los que contienen una sola sustancia (potásicos, fosfatados y nitrogenados) y complejos, que son los que contienen varios de estos elementos.
Es suficiente diluirlos en el agua con la que vamos a regar nuestras plantas, de modo que desde el principio, las mismas comiencen a auto nutrirse. Este es un método perfecto de absorción, especialmente para plantas que carecen de nutrientes o están en un estado frágil. El abono en su presentación líquida garantiza una rápida absorción de los nutrientes por parte de la planta.
De igual forma, es importante comprender las diferencias entre los distintos fertilizantes líquidos porque su composición es diversa. Los fertilizantes líquidos orgánicos ayudan a regenerar la flora microbiana en el suelo (tratarán de mantener el suelo equilibrado); para los fertilizantes minerales, es interesante saber que tienen el mejor pH para absorber los nutrientes.
Para los fertilizantes sólidos, la tasa de absorción es de hecho más lenta, pero esto no es un problema, de acuerdo con nuestros hábitos de jardinería, incluso podemos considerarlo como una ventaja; sobre todo si tenemos poco tiempo para dedicar al mantenimiento de las plantas. El abono en formato sólido nutre de forma más equilibrada a las plantas; garantiza una nutrición constante, ya que los nutrientes se liberan lentamente.
Abono orgánico vs abono sintético
El uso de fertilizantes y abonos orgánicos tiene muchas ventajas. Los abonos elaborados en casa son los más beneficiosos, ya que los abonos naturales siempre son más saludables. Además, utilizaremos los desechos. También tenga en cuenta que los fertilizantes sintéticos tienen varias desventajas, algunas de las cuales son:
- Contribuyen enormemente al calentamiento global.
- Eventualmente ocasionan contaminación en suelos y corrientes de aguas; esto como consecuencia de un efecto producido por las lluvias llamado “efecto lavado de las lluvias”.
- Generalmente los abonos sintéticos están a niveles de concentración muy elevados;es por esto que si los utilizamos en grandes cantidades, en vez de nutrir el suelo estaremos generando el efecto contrario.
- Favorecen la acidificación de los suelos, lo que contribuye a la desertización.
- Es probable que causen intoxicación si son manipulados de forma incorrecta.
Tipos de abono según su sistema de liberación
Existen distintos tipos de abono según su tiempo y forma de liberación, esto será de mucha utilidad a fin de seleccionar el abono ideal para nuestras plantas. El abono de superficie o normal que es el que se agrega cuando las plantas están en época de crecimiento o se encuentran asentadas.
Se encuentran también los abonos de liberación lenta que se pueden enterrar para que queden muy cerca de las raíces, este abono para plantas se desprenden poco a poco, basados en la temperatura, de tal forma que no queme la raíz.
Por último, el abono de acción inmediata y prolongada, recibe el nombre de abono de doble acción que como su nombre lo indica, es instantáneo. De modo que dependiendo de nuestras necesidades y el tiempo que podamos dedicarle a nuestras plantas, seleccionaremos el abono más adecuado.
Abonos orgánicos para plantas
Como ya hemos explicado los abonos para plantas orgánicos son los más eficientes y menos dañinos para las plantas e incluso para los seres humanos. A continuación describiremos algunos de los más sencillos.
Cáscara de huevo
La cáscara del huevo es muy beneficiosa para el jardín, ya que proporcionan nutrientes (como el carbonato de calcio) y actúan como repelentes de insectos. El método ideal es triturar la cáscara por completo para agregarla a nuestro fertilizante casero, aunque también puede hacer un polvo con la cáscara y extenderla bien sobre la base de nuestra planta.
Piel de plátano
El contenido de potasio en los plátanos es muy alto, lo que es muy beneficioso para nuestras plantas y la nutrición de las mismas. Después de comer la fruta, podemos usar la cáscara para hacer nuestro propio compost.
Estiércol
No hay duda de que es uno de los mejores y más beneficiosos abonos para plantas orgánicos. Aunque se puede comprar en la tienda de jardinería, si tiene pollos, conejos o cabras, también puede usar sus excrementos. El estiércol de conejo tiene el mayor contenido de nitrógeno y se puede agregar directamente al suelo, pero el estiércol de otros animales debe pasar por un proceso de compostaje previo.
Residuos de café
Después de tomar una taza de café, podemos usar café molido o sobras para compostar nuestras plantas, ya que proporcionan mucho nitrógeno, lo cual es muy beneficioso para la nutrición de nuestras plantas. Se puede extender directamente en el suelo o mezclar con este.
Césped
Después de cortar el césped o las malezas, se pueden agregar a nuestros fertilizantes orgánicos, porque son ricos en nitrógeno y retienen algunos de los nutrientes absorbidos del suelo en el que crecieron.
Orina humana
El contenido de nitrógeno, fósforo y potasio en la urea de la orina es muy alto. Mientras la orina sea saludable, será un producto estéril. Puede ser disuelta en agua en una proporción de 1: 8 y agregar a nuestro fertilizante hecho en casa.
Cenizas de chimenea
La ceniza de la chimenea proporciona una gran cantidad de potasio y carbonato de calcio, que es muy adecuado para hacer nuestro compost casero. Es importante no usarlos directamente cerca de plantas acidófilas o cuando el suelo sea alcalino.
Vinagre
El ácido acético que se encuentra en el vinagre, es sumamente beneficioso para las plantas que necesitan suelos ácidos para su crecimiento. Incluso puede disolverse en el agua con la que se van a regar las plantas.
Lentejas
Las lentejas germinadas son muy eficientes como abono para plantas. Si desea que a la nueva planta len crezcan más raíces y se agarren mejor del suelo, no dude en hacer estos brotes, triturarlos en agua, filtrarlos para obtener el líquido y eliminar los residuos de lentejas. Para finalizar, mezcle parte del concentrado con diez partes de agua y use este producto como agua de riego para fertilización y enraizamiento.
Humus de lombrices
El humus es uno de los mejores fertilizantes orgánicos, es completamente natural y puede mejorar efectivamente la salud de las plantas, de modo que puedan crecer sanas, florecer o dar frutos.
El hecho es que el humus en sí y sus ingredientes son los más adecuados y solo se pueden obtener en el suelo del bosque producido naturalmente por las lombrices que están en la tierra. Sin embargo, puede obtener productos muy similares en casa, haciendo o comprando una vermicompostera. En este artículo te enseñamos todo lo que necesitas saber para preparar el humus de lombriz.
Pasos para hacer abono casero
Pese a que algunos desechos orgánicos se pueden arrojar al suelo directamente, la mejor manera de descomponerlos es seguir una serie de pasos para hacer compost o abono doméstico. A continuación te enseñamos a preparar un abono casero:
El primer paso será abrir unos hoyos en la superficie de un envase pequeño (el tamaño del envase puede variar dependiendo de nuestras necesidades). Colocaremos entre 4 o 5 dedos de tierra, dentro del envase. Posteriormente agregamos desechos orgánicos, tales como: cáscara de huevo, piel de plátano, residuos de café, entre otros. Es muy importante que no sean desechos provenientes de animales.
Taparemos estos residuos con una capa de tierra. Debemos remover nuestro abono casero, aproximadamente, cada dos semanas; esto con la intención de airear el abono que estamos elaborando. Al cabo de unas semanas comenzarán a aparecer gusanos, moscas de fruta y otros insectos en nuestro fertilizante doméstico.
Cuando observamos que la tierra está de color negro y con una textura grumosa, quiere decir que la materia se descompuso totalmente; esto significa que nuestro abono para plantas casero está listo para ser usado en las plantas. En cuanto al aroma, debemos decir que es muy similar al de la tierra mojada.
El proceso de fabricación de este compost casero tardará unos dos meses, si empezamos en verano. Pero si comenzamos el proceso en invierno, es posible que tardemos unos 5 meses. Esta diferencia es debido a que el calor favorece plenamente a la descomposición de la materia. Para aplicarlo, basta colocarlo muy cerca de las raíces de la planta, haciendo uso de un rastrillo o alguna herramienta similar.
Abono de algas
Las algas son uno de los fertilizantes orgánicos que casi nadie conoce. Este tipo de ingrediente natural se puede encontrar de dos formas en el mercado, seco y fresco. Contienen oligoelementos muy potentes y pueden usarse como alimento para microorganismos «beneficiosos» en el suelo. Su uso mantiene la planta sana y evita que se marchite. Además, puede protegerlas de ciertos microorganismos que causan enfermedades a las plantas.
Para utilizar este abono tendrás que cortar una buena cantidad de algas y agregarlas a un envase con agua. Después tapa el envase y déjalo reposar aproximadamente 2 semanas, transcurrido este tiempo empapa el suelo con el líquido resultante.
Métodos de aplicación del abono
Dependiendo del producto seleccionado y sus distintas características, tendremos 3 formas distintas de aplicar los fertilizantes o abonos. Dichas formas son:
Foliar
Su propósito es permitir que las plantas obtengan rápidamente los nutrientes principales, como el fósforo, potasio y nitrógeno. En muchos casos, los nutrientes están firmemente fijados en el suelo y los cultivos no pueden absorberlos, por lo que este tipo de aplicación corregirá estas deficiencias. Se aplica de manera similar al agua de lluvia y es absorbida por las hojas. Una vez que se absorbe la superficie de la hoja, sus efectos se verán con facilidad.
Radicular
Son productos que se pueden aplicar directamente a la base de las plantas que deseamos nutrir. De esta manera, el propósito es que los nutrientes estén cerca de las raíces, para que puedan ser absorbidos más rápido.
Fertirrigación
Implica disolver diferentes abonos o fertilizantes en el agua que usamos para regar las plantas, de esta forma, los nutrientes se distribuirán por toda la tierra para que las plantas puedan absorberlos.
Conclusión
Las plantas requieren de cuidados especiales para que puedan crecer y florecer de una forma óptima, para esto son necesarios varios aspectos muy importantes, como el agua, la luz solar y un suelo rico en nutrientes; a fin de colaborar con estos elementos, podemos agregar abono a nuestras plantas. Existen abonos de distinto tipos, químicos y naturales.
Recordemos que cada planta tiene necesidades propias para su correcto desarrollo, es por esto, que debemos estar muy atentos al momento de elegir el abono que vamos a utilizar. Otro aspecto de gran importancia es que la cantidad de abono debe ser la justa; si agregamos poco es probable que la planta no se nutra correctamente; si por el contrario agregamos mucho, podemos contribuir inconscientemente a la acidificación del suelo, lo que eventualmente perjudicará a nuestras plantas.
Como hemos visto en este artículo, los más recomendados son los abonos orgánicos, fabricados por nosotros mismos, ya que garantizan la óptima nutrición de nuestras plantas, ahorran energía, disminuyen el impacto negativo en los suelos, nos ayudan a reutilizar algunos desechos, entre otros beneficios que traen los fertilizantes naturales.
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